- Qué ver en Madeira. Curral das Freiras. Cámara de Lobos. Mirador de Cabo Girao. Levadas das 25 Fontes, do Risco y das Balçoes. Porto Moriz. São Vicente. Santana. Porto da Cruz. Machico. Caniçal. Santa Cruz.
Cámara de Lobos, Isla de Madeira
Qué ver en Madeira
Son muchos los que recomiendan visitar Madeira con un coche de alquiler, otros en cambio optan por hacerlo en tour guiados y ahorrarse conducir por carreteras estrechas con pendientes de vértigo, personalmente prefiero hacerlo de una manera mixta, ya que aunque un coche alquilado te proporciona libertad para ir a tu aire sin depender de los tiempos de un grupo, un guía de un tour organizado, te aporta una gran cantidad de información que no aparecen en las guías de viajes, y además, puedes complementarla con preguntas adicionales.
Excursión guiada con Lido Tours y coche de alquiler de Funchal Car Hire
Valle de la Monjas (Curral das Freiras)
Valle de la Monjas (Curral das Freiras)
A las 8:30 h. nos estaban recogiendo en el hotel un minibus de Lido Tours, esta agencia tiene sus oficinas en en la Estrada Monumental, nº 18 R/C Loja 18, junto al Centro Comercial Monumental Lido, la zona hotelera de Funchal, por su puerta pasan los autobuses públicos de las líneas 01 y 02. El precio de este tour de medio día, tiene un precio muy asequible 15 €. Aunque el grupo estaba formado por una familia inglesa y nosotros, en todo momento el conductor y guía, daba la información bilingüe y atendía a todas nuestras preguntas en español.
Para ir a Curral das Freira, también se puede hacer en transporte público tomando el bus 81 (precio 3,35 €) sale de la Av. Do Mar de Funchal.
Este pueblecito se encuentra en el centro de la isla, para llegar se sube por la carretera de Eira do Serrado con unos precipicios de mas de 800 metros, la carretera tiene unas impresionantes vistas con casitas colgadas sobre los precipicios, la vegetación de pinos y eucaliptos está por doquier. El minibús te deja en un restaurante de la carrera y una senda te lleva hasta un mirador para contemplar el valle y el hueco en forma de caldera donde se encuentra este peculiar pueblo, que no se ponen de acuerdo si se trata de un viejo cono volcánico o un hueco formado por la erosión.
El origen de su fundación es muy peculiar, ya que fue creado por unas monjas que huyeron de Funchal para refugiarse de los corsarios, el padre de una religiosa les donó estas tierras.
Mirador de Curral das Freiras y decoración del interior de la iglesia
Desde el mirador las vistas son impresionantes, muy difícil de describir esta belleza, menguada por un incendio que asoló la vegetación entorno al mirador.
Desde aquí, después de haber visitado su pequeña iglesia con techos profusamente decorados, y haber comprado las castañas pilongas (secas) y el típico licor ginja de cerezas, retrocedimos para dirigirnos hacia Càmara de Lobos entre grandes extensiones de cultivo de plataneras.
Cámara de Lobos, Madeira
Cámara de Lobos
Aunque su nombre nos lleve a confusión, en realidad se trataba de lobos marinos (focas monje, casi en extinción) que eran numerosos en esta minúscula bahía cuando la descubrieron los exploradores portugueses.
Cámara de Lobos ha sido y es un pueblo marinero, que muestra varadas sus barcas de múltiples colores, todavía se puede apreciar, sus pescados a desecar en algunas de ellas.
Pescado desecándose y la playa pedregosa de su cala
Una playa que en otro lugar podría esconder una bonita cala, aquí es inservible, ya que en como toda la isla, no hay arena, únicamente cantos rodados de gran tamaño.
Calle con su iglesia adosada y Restaurante O Avo en Funchal
Mirador de Cabo Girao (Miradouro do Cabo Girao), Madeira
Habíamos contrato por internet un coche de alquiler para el día siguiente a las 9 de la mañana, pero la empresa Funchal Car Hire nos lo trajo el día anterior y lo dejó en el garaje próximo al hotel. Es una empresa muy recomendable, superformal y muy barata, un Renault Clio con seguro Todo Riesgo, sin franquicia, por tan solo 63 €, dos días. El coche era casi nuevo con GPS, poco útil en muchos lugares de la isla, aire acondicionado y muchos complementos, lo importante la potencia y frenos, las cuestas de la isla son muy pronunciadas con desniveles muy alto ¡casi como las montañas rusas de los parques de atracciones !, por eso recomiendo probar el freno de mano antes de aceptar el coche, ¡si se te cala subiendo esas cuestas estás perdido!
Llenamos de gasolina el deposito, no es mucho mas cara que en España (1,76 € la super), ese plus lo utilizan para pagar la construcción de la autopistas (Vías Rápidas) que son gratis en toda la isla. Tomamos la autopista VR1 dirección Ribera Brava hasta la Salida 3, donde un cartel en rojo indica “Cbo. Girao”, una estrecha carretera te lleva al Mirador, basta seguir cualquier autobús turístico, todos van al mismo lugar.
El Mirador de Cabo Girao es el segundo mas alto del mundo, está en el borde de un acantilado de 589 metros de altitud. Parte del suelo es de cristal por lo que todavía es mas impresionante. Desde éste puedes ver los campos cultivados al borde el abismo o abajo junto al mar. Tiene unas vistas increíbles, especialmente en dirección a Funchal.
Mirador con parte de suelo de cristal y vista del océano
Levada das 25 Fontes, Madeira
Levada do Risco y Levada das 25 Fontes
Estas dos levadas se pueden hacer juntas, y sin duda son de las mas espectaculares de la isla. Parten ambas de la carretera ER101, aquí se puede dejar el coche junto un aparcamiento de tierra. Tienes dos opciones bajar a pie (2 kms.) hasta el refugio (casa de abrigo) de Rabaçal o tomar el minibús del Ayuntamiento de Calheta hasta allí (3 euros i/v, 2 € solo subida). Nosotros nos animamos a bajar andando, pensando que tendríamos suficiente tiempo, pero luego nos vino muy justo. La bajada es por una carretera estrecha sin tráfico, ya que esta prohibido circular por ella a excepción del minibús municipal. Los paisajes son magníficos, aunque al principio la niebla cubría las cumbres, luego se despejó.
Cartel anunciador de la levadas y bifurcación de los caminos
Recorriendo la Levada do Risco y cascada de Do Risco
Esta levada tiene una distancia de 4,5 Kms, 11 kms. entre ida y vuelta, lo que nos supuso mas de tres horas de tiempo. Tiene tramos muy estrechos pero con barandillas de hierro y madera para salvar los precipicios. Los bosque de Laurisilva, laurel salvaje, declarados Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO, jalonan todo el camino, de tal forma que en muchos tramos se convierten en verdaderos túneles de vegetación. El camino no siempre es llano, aunque la levada desaparezca horadando la roca para salvar un desnivel, los caminantes debemos bajar hasta el barranco y atravesarlo por un puente, ya cansados subir esas escaleras resulta agotador, pero el esfuerzo tiene enseguida la recompensa, al final se llega a una poza en forma circular donde hasta 25 chorros se abren camino entre helechos, musgo y abundante vegetación para precipitarse a esta piscina natural de paredes negras y betas rojizas. Es el momento de hacer fotos e inmortalizar el momento. Para salir los tres pedimos el favor a Pekka y Marika (¡qué mal suena en español!) una pareja finlandesa, que luego nos envió la foto por e-mail.
Cascada y camino de la Levada das 25 Fontes
Porto Moriz, Madeira
Continuamos por la misma carretera hasta el cruce de la derecha donde tomamos ER101 que nos llevó en una vertiginosa bajada a Porto Moriz. Se trata de un minúsculo pueblecito, anclado en la parte mas occidental de la isla, que permaneció aislado hasta que en 1940 se construyó la carrera que lo uniría con São Vicente debiéndose horadar gran cantidad de túneles para salvar los acantilados, ahora esa carrera ha sido sustituida por otra nueva, pero es recomendable adentrarse por los tramos que quedan de la antigua, para contemplar los magnificas vistas o cascadas como la del Velo de la Novia, donde la carretera pasa por un túnel debajo de ella. En Porto Moriz se encuentran unas piscinas naturales entre rocas negras volcánica protegidas con un pequeño dique para amansar el agua del mar.
Vacas en la cumbre y vista de Porto Moriz desde la carretera
Las Grutas de São Vicente se encuentran a la salida de San Vicente en un recodo de la carretera ER104, se deja el coche en el aparcamiento y se pasa al otro lado por un paso debajo de de la carretera, luego un puente de madera te lleva hasta la entrada. Estas grutas se formaron hace 400.000 años, debido a una erupción volcánica. En ellas se pueden contemplar ocho tubos de lava con una altura que varía de 5 a 6 metros. Tienen una longitud cerca de un kilómetro. Allí se puede apreciar pequeños lagos de agua cristalina y formaciones rocosas, una música de fondo ayuda ha realizar la visita relajadamente.
Grutas de São Vicente y Centro del Vulcanismo
Desde aquí, tomando la autopista (VR1) volvimos a Funchal.
Mirador de la Levada das Balçoes
En el momento de programación del viaje dudamos entre realizar la ascensión a los picos Arriero y Ruivo (14 kms,) o verlos desde el mirador de la Levada das Balcones, al final elegimos esto último, era un camino mas cómodo y corto (3 kms.).
Salimos de mañana desde el hotel por la carretera ER103, que sube la empinada cuesta, junto a la Igleja do Monte, hasta el Parque Natural de Ribeiro Frío. Allí, pasada una tienda de souvenir y el Restaurante Ribero Frío sale el camino, no hay mucho espacio para aparcar, así que todo el mundo deja el coche en el arcén de la carretera.
Bar junto a la Levada das Balçoes y paso de la levada entre rocas
Vistas desde el Mirador das Balçoes
Terminada la visita, continuamos la carretera hasta cruzarnos con la ER1 dirección a Santana. En Faial, en el alto junto a la carretera, hay un fuerte con cañones antes de llegar a Santana.
Santana y un colmo, una casa típica
Santana
Mientras subíamos al centro del pueblo nos encontramos con el primer colmo, unas casas típicas que tiene mucha similitud con las barracas valencianas. Se trata de casas típicas de tejado muy inclinado hecho con paja, con una inclinación que llega casi hasta un metro del suelo. La fachada es blanca con puertas y ventanas generalmente remarcadas en color azul.
Aquí se encuentra el Parque Temático de Madeira, pero nosotros no lo visitamos, teníamos muy poco tiempo y lo dedicamos a dar una vuelta al pueblo, visitar su iglesia, muy parecida a todas las visitadas y comer en el Restaurante Serra e Mar, que se encuentra en el centro de Santana, en la calle que baja desde la iglesia. Comimos una excelente Espetada, carne de ternera asada y ensamblada en una vara de laurel a modo de pincho gigante, también probamos un excelente atún encebollado. Porciones muy grandes y bien acompañadas con col, arroz y patatas fritas, a un precio muy barato, 37 € los tres con bebidas incluidas, pero lo mas destacable el trato amable de sus dueños y el sabor de todos los condimentos. Si quieres probar unos sabores auténticos, te recomiendo este restaurante local, sencillo y limpio, visitando la iglesia le pedimos información a una señora mayor dónde comer bien económicamente y nos llevó a aquí. Todo un acierto.
Restaurante Serra e Mar en Santana y degustando la Espetada
Porto da Cruz con la Pennha d'Águila al fondo
Parte oriental de Madeira
Desde Santana seguimos la carretera VE1 hasta la población de Porto da Cruz, un pueblo agazapado bajo la Pennha d'Águila, en otro tiempo rodeado de campos de caña de azúcar y donde ha perdurado el último ingenio azucarero activo.
Desde aquí nos dirigimos a visitar Caniçal, un pueblo que se asienta en la península mas oriental de la isla, donde vivían los osados pescadores de ballenas hasta que fue prohibida su pesca, ahora solo quedan los recuerdos recogidos en su Museo de la Ballena (10 €). Aquí se pueden admirar ejemplares reproducidos a tamaño natural, esqueletos y utensilios relacionados con la industria ballenera. La carretera termina casi al final de la península y desde allí se divisa al fondo del azul intenso del océano, la silueta de la Ilhas Desertas.
Museo de la Ballena y N. S. da Concepçao de Machico
Tiene la iglesia mas antigua de la isla la Capela dos Milagres y otra del siglo XV, Nossa Senhora da Concepçao, de estilo gótico, así como dos fuertes defensivos, además, posee la única playa de arena de la isla, traída expresamente para tapar los guijarros.
Parque y Ayuntamiento de Santa Cruz
Desde aquí regresamos a Funchal y dimos por finalizada nuestra visita a la isla, aunque después de cenar, no pudimos resistir la tentación de irnos a pasear nuevamente por el centro de la ciudad.
Al día siguiente a las 10 de la mañana, con melancolía, tomábamos el taxis para el aeropuerto.