- Visita al centro de Río de Janeiro. Catedral Metropolitana. Arcos de Lapa. Escalera Selarón. Barrio de Santa Teresa. Cofeitaria Colombo. Estadio de Maracaná. Playas de Río de Janeiro.
Escalera Selarón, Río de Janeiro
Los próximos Juegos Olímpicos de
Rio 2016 atraerá a miles de visitantes de todo el mundo, que no sólo querrán disfrutar del deporte, sino también de todo lo que ofrece esta maravillosa ciudad. Adelantándonos, en los dos anteriores posts y en éste, hemos hemos visitado los mas populares lugares cariocas que ningún viajero debería perderse. Ahora continuamos con nuestro itinerario.
El día amaneció gris, amenazando lluvia, pero afortunadamente no llegó a producirse. Sacamos dinero en el cajero y nos dirigimos a tomar el metro que nos llevó hasta la estación de Cinelândia, el centro de la ciudad de Río de Janeiro.
Plaça Floriano, en el centro de Río
El centro de Río (Cinelândia)
Al salir del metro, en la Plaça Floriano, te ves rodeado de los edificios antiguos mas emblemáticos de Río a la sombra de modernos rascacielos, es como si el metro, cual túnel del tiempo, te hubiera transportado al centro de París. Todos son edificios de principio del siglo XX, de estilo neoclásico o afrancesado que se construyeron en el barrio Cinelândia, llamado así por establecerse entorno a 1920 gran cantidad de salas de cine, el espectáculo del momento.
Entre los monumentos mas sobresalientes está el Theatro Municipal, un edificio construido 1909 para 1.739 espectadores que luego se amplio hasta 2.205 plazas. Para decorar su suntuoso interior fueron llamados los pintores y escultores mas famosos de su época como Eliseo Visconti y los hermanos Bernardelli. Actualmente se ha restaurado y modernizado bajo el patrocinio de grandes empresas mecenas como Petrobras, Bradesco, Globo TV... Admite visitas guiadas (10 R$).
Al fondo de la plaza, a la izquierda, encontramos el Palacio Pedro Ernesto, ocupado actualmente por el Consejo Municipal. Este palacio está considerado como uno de los mas importantes conjuntos arquitectónicos de la ciudad, fue inaugurado en 1923, es de estilo neoclásico, inspirado en Louvre de París. Este edificio recibió el apodo de “jaula de oro” por el alto coste de su construcción, el doble que el Theatro Municipal.
Frente al Theatro Municipal en Av. Rio Branco, encontramos el Museo Nacional de Bellas Artes, inaugurado en 1908 como Escuela Nacional de Bellas Artes y luego en 1937 pinacoteca.
Su diseño se debe al arquitecto español A. Morales de los Ríos y su decoración interior a los hermanos Bernardelli. Su estilo esta también inspirado en el Museo Louvre. Este museo exhibe unas 18.000 piezas de pintura, grabados, esculturas y copias en yeso de obras maestras de la escultura. Esta abierto de las 10 a las 18 h., su precio 8 R$, estudiantes la mitad, los domingos es gratis.
Cercanos a estos edificios, formando también parte del proyecto original de apertura de la Av. Rio Branco, encontramos los edificios de la Biblioteca Nacional terminada en 1910 y el edificio que alberga actualmente el Centro Cultural de la Justicia Federal , ocupado por el Tribunal Supremo hasta que fue trasladado a Brasilia, donde se desarrollan conferencias, exposiciones, conciertos musicales...
Desde aquí tomando la Av. República Chile, nos dirigimos hacia la Catedral Metropolitana, no tiene pérdida su cúpula cónica de 75 metros de altura se divisa rápidamente.
Catedral Metropolitana de Rio de Janeiro
Catedral Metropolitana São Sebastião do Rio Janeiro
Curiosamente hasta la construcción de esta catedral entre 1964 y 1976, Río no ha tenido un templo, de los numerosos que hay, que detente la calificación de Catedral.
Entrada a la catedral y vidrieras
Rivalizando con los altos y modernos edificios del centro de Río, el arquitecto Edgar de Oliveira diseñó una gigantesca catedral de forma cónica, con cuatro franjas de vidrieras que se cruzan formando una cruz en su techo. El resultado es espectacular. Su base tiene un diámetro de 96 metros que permiten una capacidad de 20.000 fieles, o muchos mas, como ocurrió con la visita de Juan Pablo II en 1980 para consagrarla oficialmente.
A la entrada te recibe una imagen de Jesús a tamaño natural de bronce, no busques capillas con altares, ni otras imágenes a excepción de San Sebastián, el patrón, y la Virgen de la Antigua, ambas diminutas. La única capilla se encuentra en la cripta donde está expuesto el Santísimo.
Exposición de cruces e imagen de la Virgen de la Antigua
El altar mayor ocupa la parte central. En sótano además de la capilla mencionada, se encuentra el
Museo Sacro con importantes piezas como la pila bautismal utilizada para bautizar a los reyes, objetos y vestiduras religiosas.
Cuando llegamos nosotros, en una zona acotada del templo, había una exposición de cruces, realizada en los mas diversos materiales: Oro, plata, con piedras preciosas incrustadas... nos asombró las escasas medidas de seguridad para preservar tan valiosos objetos, estaban expuestas sin ninguna hornacina de cristal protector y un solo vigilante.
Acabada la visita, continuamos por Av. República do Paraguai hasta la plaza Cardeal Câmara donde están los Arcos da Lapa, en el camino nos encontramos con el
bondinho, el tranvía que sube al barrio de San Teresa, pero cuando visitamos Río, estaba temporalmente paralizado para el servicio de pasajeros.
Arcos de Lapa con el bondinho de Santa Teresa
Arcos de Lapa (Aqueduto da Carioca)
Se trata de un antiguo acueducto construido en 1750 para transportar el agua del río Carioca, por lo que también es conocido como Aqueduto da Carioca. El acueducto lo forman 42 arcos en dos niveles, con una altura máxima de 17 metros y una longitud de 270 metros. El lugar de día es seguro, pero eso no quita que te lleves una sorpresa al toparte con indigentes que duermen debajo de los últimos arcos tapados por la vegetación, justo encima del mural de graffiti.
Ante el Acueducto Carioca y graffitis en la plaza
Este acueducto fue reutilizado como viaducto del tranvía (
bondinho) para subir del centro de la ciudad al barrio de Santa Teresa.
Junto a los arcos, en la
plaza Cardeal Câmara tiene lugar espectáculos multitudinarios con artistas famosos, igualmente el barrio concentra la marcha nocturna carioca en varios de sus bares con todo tipo de ritmos musicales.
Continuando por la acera derecha de la Av. República do Paraguai, que cambia el nombre por Rua da Lapa, en la esquina con Sala Cecilia Meireles, nace la Rua Teotônio Regadas que te lleva a la Escalera Selarón.
Escalera Selarón, Barrio de Lapa, Río de Janeiro
Escalera Selarón (Escadaria Selaron)
La Escalera Selarón de 215 escalones servía para unir Lapa con el Convento de Santa Teresa, el chileno Jorge Selarón en 1983, tuvo la idea de decorarla con obras de él y mas de 3.000 azulejos que le enviaron de todo el mundo anónimos colaboradores. Con todo este material, en un estilo gaudiano, decoró los laterales con azulejos rojos y negros, sus colores preferidos, y los peldaños con los colores de la bandera brasileña.
En la escalera y cuadro del artista J. Selarón
Esta obra, del hasta entonces desconocido arista, fue dada a conocer al mundo gracias a los reportajes que le hicieron National Geographic, revistas como Playboy y luego posteriormente ha servido para grabar videoclips como el de U2. Fue tal la repercusión mediática, que ahora es un lugar turístico de primer orden ineludible, visitado por numerosos viajeros.
Peldaños y autorretrato de Jorge Selarón
El excéntrico artista, consideró la Escalera como una obra “
viva y cambiante”, así constantemente la modificaba reemplazando los azulejos, a él le gustaba fotografiarse con los turistas mostrando la palma de la mano derecha en alto y la lengua fuera. A la pregunta
¿Cuándo la terminará? Su respuesta era siempre : “
El último día de mi vida”, que ocurrió en enero de 2013 cuando apareció su cuerpo carbonizado. Aún no están aclaradas las circunstancias, ya que había recibido amenazas de muerte; la policía cerró el caso como suicidio.
La escalera acaba en el barrio de Santa Teresa, era el momento de decidir si visitábamos el barrio a pie o volvíamos para tomar uno de los
ônibus 006 o 014, que salen de la Av. Gomes Freire y recorren Santa Teresa. Viniendo en avión, mi compañera de asiento Silnia Cristina, una carioca emigrada a Italia, me dijo que era peligroso hacerlo a pie.
Policía al final de la escalera y aviso de robos en Santa Teresa
Cómo la información no era reciente, ya que hacía varios años que no estaba en Río, me decidí a preguntarlo a un coche de policía que se encontraba en la calle donde acaba la escalera. Me informaron que no había problema, a esa hora podía hacerlo tranquilamente, así que nos decidimos, aunque encontramos en las paredes escritos con mensajes en portugués e inglés como: “
Cuidado, lugar de robos”.
Barrio de Santa Teresa
Barrio de Santa Teresa
Visitar este barrio es como volver al pasado colonial cuando las adineradas familias cariocas, huyendo del calor, se instalaron en esta colina con una temperatura varios grados por debajo. Paseando por sus calles, aunque muy descuidados, se aprecian señoriales edificios joyas del pasado.
Cuando nosotros lo visitamos algunos edificios se estaban remodelando, artistas y creadores buscaban aquí la tranquilidad, mas cuando el emblemático tranvía ya no llegaba trayendo a innumerables turistas.
Pero la polémica estaba servida, otros opinaban lo contrario, defendían que sin el bondinho, el barrio había perdido su identidad y reclamaban a las autoridades su establecimiento.
Nosotros tuvimos la suerte de ver al tranvía circulando, no eran turistas lo que transportaba sino materiales. Como muchos, nos preguntábamos que si el único motivo de su paralización fue un accidente, con tomar las medidas necesarias para que no volviese a suceder, debería ser suficiente.
Y así parece que ha sido, recientemente, nos ha llegado la noticia que el bondinho ha empezado a circular de nuevo, de momento únicamente recorre el tramo comprendido entre el Largo da Carioca y Largo do Curvelo. Lo hace de lunes a sábado (de las 11 a las 18 h). Aunque mantiene la estética del antiguo tranvía, ahora se han tomado especiales medidas utilizando modernos sistemas de seguridad. Únicamente permite 32 viajeros por vagón y su frecuencia es cada 20 minutos.
El barrio de Santa Teresa está recuperando lentamente su vitalidad, algunos hoteleros están habilitando antiguos palacetes y los convierten en hoteles con encanto o en modestos albergues.
Barrio de Santa Teresa y el tranvía (bondinho) subiendo materiales
Siguiendo la Ladeira de Santa Teresa nos encontramos el
Parque das Ruinas que en otro tiempo fue la vivienda de Laurinda Santos, lugar de reunión de las personalidades, intelectuales y artistas mas sobresalientes de su época. Pronto nos encontramos con el
Largo do Curvelo
donde aparecen las vías del tranvía, basta seguirlas para llegar a
Largo dos Guimarães aunque en los mapas aparece como Rua Fonseca Guimarães, es el epicentro del barrio, aquí hay varias tiendas y puestos de artesanía y es desde donde parte los desfiles carnavalescos de los
blocos do rua.
Para regresar dudamos entre tomar el
ônibus 006 que te deja cerca de la estación del metro Carioca o volver andando, como era ya todo cuesta abajo nos decidimos por lo último. No tardamos mucho de estar junto al alto edificio de las oficinas de Petrobras, ese día con grandes medidas de seguridad, porque había una manifestación contra la corrupción.
Policía ante Petrobras y Convento de Santo Domingo
Pasamos frente al
Convento de Santo Antonio uno de los edificios mas antiguos de Río (1608), pero sin entrar y nos dirigimos a comer en un
KFC, Rua São José, 82 (25 R$ un cambo), nos llamó la atención que utilizaran como acompañamiento feijoada, farofa y arroz. A los brasileños les encanta el pollo (
galeto) y la espera fue grande.
Desde aquí nos fuimos a tomar el postre a la cercana y emblemática Confeitaria Colombo, Rua Gonçalves Dias,32.
Confeitaria Colombo
Confeitaria Colombo
Fundada hace mas de cien años, con su estilo “art nouveau” de principios de siglo XX, es un ejemplo de la “belle época” que vivió Río. Es realmente un lugar hermoso que impresiona por sus espejos, vidrieras y decoración, que ha merecido catalogarse como Patrimonio Artístico e Histórico de la ciudad, ya que este lugar ha sido frecuentado por importantes personalidades del mundo político, literario o artístico, destacando la estancia de los reyes Alberto de Bélgica y la reina Isabel de Inglaterra.
La Confeitaria Colombo tiene dos ambientes, la parte baja abarrotada de turistas, donde se sirve cafés, pasteles, helados, postres... y la planta superior utilizado como un lujoso restaurante.
No es fácil encontrar lugar, hay que aguardar cola, pero luego un gran número de camareros se afanan por servirte, a veces como ocurrió con una mesa continua, aprovechando la multitud, algún cliente huye sin pagar ante el lamento del encargado.
Interior, vidriera y consumiendo en la Confeitaria Colombo
Nosotros tomamos un excelente capuchino frío con nata y nuestra hija una copa de helado, para marchar rápidamente, el tiempo corría presto y todavía debíamos visitar el Estadio de Maracaná. Tomamos el metro, línea 2 y nos dirigimos hacia el último objetivo del día.
Estadio de Maracanã
Estadio de Maracanã
Conocido entre los cariocas como el Maracã, el “Templo del fútbol”, un deporte que vuelve locos a los brasileños, es difícil no encontrar frente a ti alguien que este dando unas patadas a un balón o a una lata de refresco, no importa el lugar: Calle, playa, parques...
El estadio de Maracaná fue construido para el Mundial de Fútbol de 1950, llegando albergar en la final hasta 200.000 espectadores, cifra que ha sido rebajada hasta los 78.000 asientos para cumplir el reglamento de la FIFA. En su tiempo fue el mayor estadio del mundo, actualmente ocupa el puesto 22, sobrepasándolo en capacidad el Camp Nou de Barcelona y el Santiago Bernabéu de Madrid.
Al estadio se le bautizó con el nombre de Estadio Mario Filho, pero la gente siempre lo ha hecho con el nombre de la zona Maracanã, un lugar con cotorras maracanãs que bajaban de la cercana selva.
Seguridad en el Maracanã y favelas cerca del estadio
En este estadio se han celebrado los mundiales de fútbol del 1950 y 2014, los juegos Panamericanos del 2007, grandes espectáculos musicales como los conciertos de Frank Sinatra, The Rolling Stones, Paul McCartney, Madonna... el año que viene será sede de los Juegos Olímpicos.
El estadio ocupa cerca de 200.000 m2 integrado con otras áreas adyacentes como piscinas, pistas de atletismo y otro estadio mas pequeño totalmente cubierto para practicar otros deportes como baloncesto, voleibol y fútbol sala.
Hay visitas guiadas para visitar las instalaciones de 9 a 17 h., siempre que no coincida con un partido. El precio es de 30 reales los adultos y la mitad los niños, estudiantes y jubilados.
Nosotros no somos muy futboleros, así que nos limitamos a visitar el exterior, pero para los forofos pueden ver los palcos, algunos privados muy lujosos, los vestuarios, pisar el césped, la vereda de la fama (huellas de famosos jugadores como Pelé, Eusebio, Ronaldo...), museo de camisetas, balones y trofeos...
Aunque había abundante policía, como anochecía y en su entorno había bastantes favelas, decidimos tomar el metro y regresar para el hotel.
Paseo marítimo de la Playa Copacabana
Playas de Río de Janeiro
Nos levantamos muy tarde, hoy tocaba descansar. Teníamos planeado ir todos a la cercana Playa de Copacabana, pero al final se rajaron ellas, prefirieron quedarse en la piscina del hotel, la verdad que no somos muy playeros. Yo no me resistí ir, pensé que no sería difícil encontrar algún español para dejar mis pertenencias y darme un pequeño chapuzón, pero por mucho que busqué no di con nadie apropiado para pedirle este favor, así que me limité a meter los pies en el océano.
Río de Janeiro tiene unas playas espectaculares, bien cuidadas y con todo tipo de servicios. El carioca busca la diversión en la playa, allí juega, come, lee o simplemente pasea con diminutos bañadores o bikinis que insinúan mas que muestran, aquí esta prohibido por ley el topless.
Limpias playas llenas de vendedores ambulantes
Muchos tienen la idea que las playas de Río son semejantes a las caribeñas, de arena de coral y aguas tranquilas, no es así, la arena quema y hay bastantes olas, en algunas mas que en otras, de la tranquilidad pasa al oleaje en pocos segundos.
De la tranquilidad al oleaje en pocos segundos
Los cariocas son ingeniosos, para cruzar el tórrido arenal, han instalado unas mangueras con agujeritos, a modo de un pasillo irrigado que moja y enfría la arena, utilizan una pequeña bomba para extraer el agua en la misma playa y lo hacen los astutos alquiladores de hamacas para que su puesto sea el primero visitado.
Ingenioso sistema para enfriar la arena y motor extractor
Las playas son una pasarela no solo de esculturales cuerpos, sino también de vendedores ambulantes de bebidas, helados, comida o verdaderos mostradores ambulantes de ropa.
Aunque a primera vista los paseos de sus playas parezcan iguales, no es así, los diseños de los mosaicos de trozos de mármol blanco y basalto negro no son iguales, el mas representativo son las olas de Copacabana, creado por el paisajista Roberto Burle, ahora icono y presente en muchísimas camisetas, bolsos y otros objetos.
Cada playa es distinta, incluso las personas que la visitan, aunque todas tengan en común el culto al cuerpo que esculpen con el deporte playero practicado en los numerosos campos de paddle, voleibol, futbito o el futevoley, una mezcla de ambos.
Quiosco playero y vista de Copacabana desde el puerto de pescadores
Copacaba es la playa mas popular, allí se reúnen locales y extranjeros, chavolistas y adinerados, niños, familias y gays. Tiene 4 Kms. de arena, con un paseo marítimo a ras de la playa, hay gran número de quioscos y por la noche se monta unos puesto de artesanía en lo ancho del paseo, donde no podía faltar el carril para bicis. Este lugar es el elegido para recibir el año con fuegos artificiales o con conciertos multitudinarios ofrecidos entre otros por los roqueros Rod Stewart o los endiosados Rolling Stone.
Ipanema creció cuando la zona de Copacabana se saturó de edificios y hoteles para turistas. Tiene 2 Kms. de fina arena, pero sus aguas son muy inquietas, así que es la preferida de los surfistas. Como Copacabana los postos (puestos de socorro) marcan las clases sociales. Es la playa preferida por la jet-set. Fue dada a conocer mundialmente por la canción de Tom Jobim “Garota de Ipanema”, una estatua en bronce a tamaño natural se lo agradece.
Separando ambas playas esta la de Arpoador, es una playa minúscula de menos de medio kilómetro, junto al Fuerte de Copcabana y puerto de pescadores. Su nombre está relacionado con la caza de ballenas que se acercaban a esta playa. A veces el mar se vuelve violento, haciéndola peligrosa, por esta circunstancia es también conocida como Praia do Diabo (Playa del Diablo). Desde la Pedra do Arpoador, al atardecer se reúne mucha gente para ver el atardecer.
Por el lado opuesto a la playa de Ipanema encontramos la playa de Lebron, es la misma pero que cambia de nombre al pasar el torrente de desagüe de la Laguna Rodrigo de Fleitas. Es una playa principalmente utilizada por los locales del barrio de Lebron, en su arenas encontramos muchas familias y niños con sus cuidadoras, pero no en sus aguas que como la de Ipanema son muy impulsivas.
Botagofo es otra playa céntrica, el paseo marítimo esta a un nivel superior formando escenarios naturales donde se dan conciertos, un carril bici bordea la playa. Sus aguas, muy profundas, son poco aptas para el baño, no así para practicar deportes. Frente a la playa atracan gran cantidad de yates.
Playa de Botofogo y Playa Bermelha
Río tiene mas playas como
Barra de Tijuca, inmensa (14 kms.) o minúscula como
Playa Bermelha de escasos 100 metros u otras que únicamente cito para no alargarme:
Flamengo,
Leme,
Recreio do Bandeirantes y
São Conrado.
Al mediodía nos juntarnos para ir a comer, nos duchamos y nos dirigimos a un lugar cercano, que habíamos pasado varias veces por su puerta y nos daba muy buena pinta, se llama
Bar Bunda de Fora, Rua Perú, 212, sirven muy buenos platos combinados tanto de carne como de pescado. Con cerveza y café incluidos nos costó 95 R$ los tres. Un lugar aceptable y barato.
Almorzando en el Restaurante-bar Bunda de Fora
Luego juntos recorrimos el paseo marítimo de Copacabana (Av. Atlântica) y el de Ipanema (Av. Vieira Souto), para terminar el día viendo anochecer nuevamente desde la Pedra do Arpoador y recorriendo el
Mercadillo nocturno de la Av. Atlántica, donde compramos algunos recuerdos.
Al día siguiente, a las 9: 30 h. tomamos un taxi en la puerta del mismo hotel que nos llevó al Aeropuerto Internacional Galeao.
Puntuales tomábamos el vuelo 1964 de GOL, una compañía brasileña tipo Low Cost. El avión era un Boeing 737, nuevo, con una configuración de asientos 3 – 3, así que viajamos juntos.