- Visita de Nueva Delhi (New Delhi). Qué ver en Nueva Delhi. India Gate. Indira Gandhi Memorial. Qutab Minar. Lotus Temple. Fuerte Rojo. Mezquita de Jama Masjid. Grand Park Inn Hotel.
A la salida, una infinidad de taxistas, te hacen ademán para que te acerques, te preguntan a qué hotel vas, y te juran que son ellos los enviados a buscarte, hasta que te das cuenta que el auténtico lleva un cartelito con tu nombre.
De noche el primer contacto con la ciudad no puede ser mas deprimente, en las aceras en pequeños cobertizos, sobre roídos colchones y los menos afortunados en el duro suelo, entre basuras, bicis y trastos, duermen infinidad de andrajosas personas sin que les molesten el humo, el ruido y ni los pitidos de los vehículos.
Atravesamos el umbral del hotel y recuperamos la normalidad, dudando si lo de la calle había sido un mal sueño propio de esas horas de la noche.
Al día siguiente, con el horario cambiado, a las 8 ya nos habíamos despertado. Estoy ya recuperado, la fiebre ha desaparecido. Negociamos las excursiones con Madan Pai, dueño del limpio y recomendable Grand Park Inn Hotel, conseguimos por un precio un poco mas caro, un taxi con aire acondicionado para nosotros solos.
El taxista resultó ser una honesta y simpática persona y no nos llevó a los sitios “comisio-
nados”, excepto a una tienda que por nuestra voluntad accedimos a visitarla ya que le regalaban un cupón para la gasolina.
La visita comenzó en la parte nueva de la ciudad con la India Gate (Puerta de la India), que se asemeja al Arco de Triunfo de París. Después la Residencia del Presidente, un edificio de 340 habitaciones donde vivía el virrey y muy cerca de allí el Parlamento
Desde aquí nos dirigimos a la Casa-Museo y al Indira Gandhi Memorial, padres de la independencia de la India.
Después de cruzar la ciudad con un inmenso tráfico de rickshaws (carromatos), motos, bicis y coches destartalados, nos dirigimos al Sur de Delhi para visitar las Ruinas y Minarete de Qutab Minar, son los restos de una bonita mezquita, donde destaca la torre de 72 m. de altura, la mezquita y una curiosa columna de hierro que fue colocada en el s.V y no se ha corroído hasta la fecha.
Comimos estupendamente y casi regalado, en un restaurante limpio y de confianza recomendado por el taxista, sino mejor hacerlo en el hotel, y proseguimos hasta el Lotus Temple, un templo en forma de gigante flor de lotus, donde se aúnan varias religiones bajo el mismo techo.
Nuevamente entre tráfico y pitidos (los conductores llevan constantemente la mano en el pito, en el buen sentido), atravesamos el centro dirección Norte, para visitar el Fuerte Rojo, con sus imponentes murallas de piedra de este color y otros edificios de gran belleza en su interior como el de Mughal del s.XVII. Tampoco podían faltar las tiendas de artesanía, donde hay que regatear a saco, para llevarte a buen precio un recuerdo de artesanía de madera, preferentemente budas o elefantes, como hacemos todos los turistas para fardar al cuñado de haber visitado la India.
Ya terminándose el día, para ir a visitar la cercana Mezquita de Jama Masjid, tomamos un ciclorickhaw (bici con tres ruedas) que la movía un desnutrido paria, clase social que deben ser siervos toda la vida, ni podrán estudiar, ni ser comerciantes autónomos, por el simple hecho de haber heredado su condición de sus padres, como un príncipe lo es por ser hijo del rey. A punto estuvimos de bajarnos por el esfuerzo titánico que hacía, pero nos suplicó que no hiciéramos ya que estaba a la vista el amo que con aires despóticos controlaba a 19 mas a su servicio, como si de esclavos se tratara. Le dimos una propina a escondidas y el pobre no sabía como agradecerlo.
Como el tráfico era enorme, en especial de carromatos portados por fuerza humana, tomó un atajo por una callejuela llena de indigentes y curanderos, donde se veía la verdadera realidad de Nueva Delhi. Nosotros conocemos zonas deprimidas de Sudamérica, pero pobreza como aquí no lo hemos visto en ninguna parte.
La Mezquita de Jama Masjid, es la mas grande de la India, en su enorme patio pueden caber hasta 25.000 fieles.
Está dominada por dos minaretes de 70 m. de altura, uno de ellos visitable, claro pasando por caja, como en todas partes, pero lo dejamos para los mas deportistas ¡son nada menos que 122 escalones! ¡Ah, y esconder la cámara al entrar, sino os soplarán 250 rupias, que yo como incauto tuve que pagar, y luego comprobé que dentro no controla nadie su uso!