Presentación
Cesar, informático y Manuela, diseñadora gráfica, son una joven pareja valenciana residentes en Amsterdam (Holanda), que un día decidieron emular a los personajes de Julio Verne, tomaron su nombre y partieron a cumplir su sueño de dar la Vuelta al Mundo, sin rumbo fijo, con un solo billete hasta América.
No hace mucho que volvieron, han tardado 13 meses en hacer su viaje y aun en el periodo de aclimatación a la cotidianidad, han accedido a ser entrevistados para contarnos sus experiencias.
Su aventura la relatan con comentarios y estupendas fotos, que han merecido el premio como Mejor Fotolog en el prestigioso certamen Bitácoras-2011. Felicitaciones.
- ¿Qué razones os movieron a realizar la Vuelta al Mundo (RTW)?
Era un proyecto que surgió en común a las pocas semanas de conocernos. Planeamos hacer el viaje algún día para descubrir el mundo, conocernos el uno al otro y conocernos mejor a nosotros mismos. Fuimos ahorrando dinero poco a poco hasta que un día nos dimos cuenta de que habíamos ahorrado suficiente y que era el momento.
- ¿Qué pensaron de vuestra decisión los familiares y amigos?
Nuestras familias, que también son viajeros, estaban encantados con el viaje. El tema de la distancia lo llevaron bien, con eso de que ya vivíamos en Holanda y porque les teníamos actualizados por Internet (aunque luego los malacostumbramos y se preocupaban si no poníamos nada en el blog en un par de días).
Los amigos nos tenían envidia sana y a muchos les hubiera gustado poder habernos acompañado en el viaje, aunque fuera solamente en un tramo. De hecho, se nos unieron mis padres en Argentina, mi amigo Gijs en Panamá, nuestra amiga Marta en Mongolia y finalmente nuestras madres y hermana en Rusia. También aprovechamos el viaje para visitar a amigos que viven en el extranjero y para devolver la visita a algunos de los Couchsurfers que recibimos en Ámsterdam, de México, Argentina y Rusia.
Estuvimos cuatro años ahorrando y apretándonos el cinturón un poquito. En ningún momento nos hemos arrepentido del esfuerzo. Durante el viaje hemos gastado menos que viviendo en Ámsterdam, lo único es que no hemos ganado dinero. Para que te hagas una idea, nuestro presupuesto mensual era de 1500 Euros para los dos, incluyendo vuelos y todo.
- ¿Cuándo nació la idea de hacer este viaje RTW y cuánto duró su preparación?
La idea en sí nació a las pocas semanas de conocernos. Cuatro años después, a principios de 2010, nos miramos y nos dijimos en serio "¿Lo hacemos?". Hacía pocos días había dejado mi trabajo y me puse a trabajar de freelance de manera temporal.
En total estuvimos preparando el viaje unos seis meses. Estuvimos haciendo todo tipo de cosas, desde vender los muebles de la casa (más dinerito para el viaje), renunciar a nuestros trabajos (Manu), estudiar rutas y países, billetes RTW, preparar los blogs, terminar el contrato de alquiler del piso, Internet, móviles. Es decir, aparcando nuestra vida sedentaria y minimizando las obligaciones económicas. En realidad le dedicamos más tiempo a "terminar" nuestra vieja vida que a empezar la nueva. Antes de salir, reducimos nuestros gastos fijos a 70 Euros al mes, para el guarda muebles.
Para el viaje, después de pensarlo, optamos por ir improvisando sobre la marcha y no planificar mucho. No teníamos fecha de vuelta, ni ruta, ni billetes de avión. Solamente teníamos un billete a Valencia. Desde Valencia a Nueva York nos regaló el billete un amigo mío.
- ¿Qué idiomas habláis? ¿Tuvisteis en el transcurso del viaje algún problema de comunicación?
Además del castellano yo hablo inglés, holandés y un poquito de francés. Manu habla inglés y un poquito de holandés. Hasta que llegamos al sudeste asiático no tuvimos ningún problema de comunicación, ya que viajamos por Norteamérica, Centroamérica, Sudamérica, Nueva Zelanda y Australia.
Los peores sitios son los países con mucha gente y que están más desarrollados y tienen un cierto nivel de independencia. Y si además no usan el alfabeto latino, no puedes ni guiarte por las señales en la calle. Vamos, que puedes pasar por la puerta de un hotel y ni enterarte.
China, Tailandia, Mongolia y Rusia han sido los países en los que más situaciones hemos tenido. Luego te ríes, claro. Por ejemplo, el día que estábamos comiendo en un restaurante en Dien Bien Phu, Vietnam, casi frontera con Laos, y se nos acerca un señor que no hablaba inglés, pero quería conocernos. Siempre llevamos encima un diccionario visual, con dibujos y fotos útiles, para estas situaciones, así que se lo dimos para "darle conversación". Mientras comíamos, nos señalaba un coche y nos daba a entender que el tenía uno, etc. Hasta que llegó a la página de los animales, señaló a un perro y luego señaló al restaurante de enfrente, dándonos a entender que servían perro y frotándose el estómago indicándonos que le encantaba.
- ¿Cómo aconsejáis hacerla, en compañía o en solitario? ¿Cómo la hicisteis vosotros?
En realidad no hay una manera buena o mala de hacer la vuelta. Nosotros la hemos hecho juntos. La ventaja más obvia es que sale mejor de precio, por las habitaciones dobles, compartir transporte, etc. La desventaja es que no siempre se coincide en los planes y a veces a uno le apetece una cosa y a el otro, otra. Yo me habría ido a comer cobra a las afueras de Hanoi, pero Manu no estaba por la labor, por ejemplo.
Llevamos dos mochilas cada uno, una grande y otra pequeña. Al salir, cargamos demasiado y tuvimos que ir mandando cosas. De 10 a 12 kilos para la mochila grande está bien, más es muy cansado, sobre todo en días de mucho bochorno en el sudeste asiático. Recomiendo a los que estéis planeando hacer la vuelta al mundo llevar lo mínimo posible y dejar en casa todos los "por si acaso".
- ¿Qué cosas incluiríais como imprescindibles en el equipaje?
Imprescindible solamente están el pasaporte, la tarjeta de crédito y algo de efectivo. Todo lo demás se puede comprar por el camino. Tenemos un post en conmochila.com con una pequeña lista de cosas prácticas que cuestan más de encontrar una vez en camino: una funda para la mochila, saco-sábana y funda de almohada, tapones para los oídos un frontal o linterna...
Prescindibles, muchas cosas. Si no se va a hacer camping la mayoría de las noches, mejor no llevar sacos, esterillas o tienda (se pueden alquilar). Yo me llevé un cable para atar la mochila que no he usado nunca. Y una cuerda para tender la ropa que sigue nuevecita.
- ¿Cuál fue el itinerario y la duración de vuestra Vuelta al Mundo? ¿Fue suficiente, corta o excesiva?
Hemos estado viajando 13 meses y 10 días. El itinerario lo puedes ver en detalle en nuestra web. Salimos desde España hacia USA y Canadá. Bajamos por México a Guatemala y Honduras. Luego saltamos a Panamá y a Perú, Bolivia, Argentina y Chile.
Desde ahí volamos a Nueva Zelanda y Australia y entramos en el Sudeste asiático por Singapur. Pasamos por Malasia y Tailandia de camino a Camboya, Vietnam y Laos. Hicimos tránsito por Malasia otra vez y luego subimos a China brevemente para entrar en Mongolia, subir a Siberia y hacer parte del transsiberiano. Desde Rusia volamos a Ámsterdam y de ahí, de vuelta a España.
- ¿Sois partidarios de un viaje RTW con vuelos y rutas programadas o mejor improvisar sobre la marcha?
Lo nuestro ha sido la improvisación. Así hemos vivido experiencias maravillosas, como las tres semanas que estuvimos haciendo WWOOFing (voluntariado en una granja orgánica) en Puerto Montt, Chile. O el viaje a Mongolia y la boda de unos amigos rusos en Siberia.
Hemos conocido gente que ha viajado con billetes RTW y lo han tenido más fácil en las rutas más concurridas. Una de las cosas que más nos dolió fue dejarnos atrás la isla de Pascua, en Chile, porque era temporada altísima y no pudimos comprar los billetes. A la semana siguiente, en Nueva Zelanda, conocimos a un chico de Valencia que viajaba con billete RTW y si que pudo ir porque tenía ya el vuelo reservado desde el primer día.
Aún así, no nos arrepentimos y volveríamos a hacer la vuelta improvisando. Siempre te encuentras a otros viajeros que te recomiendan una isla, o un país al que no se te habría ocurrido ir, y con un billete RTW a veces tienes ya todo programado y no puedes ir. Para nosotros, la flexibilidad es lo más importante, aunque en ocasiones hemos tenido que dar muchas vueltas, o pagar extra, por no planificar. Por ejemplo, no sabíamos que costaba tanto sacarse el visado de Rusia fuera de tu país de residencia y dimos muchas vueltas hasta averiguar que en Malasia te lo puedes sacar.
- ¿Qué lugar del mundo os fascinó ? ¿Os habéis propuesto volver a visitarlo?
Nos sorprendió Malasia, un destino del que muy poca gente habla y que es barato, fácil e increíble. La confluencia de la cultura malaya, la china y la india en un solo país crean una riqueza cultural que nos fascinó. No solo es cultura, también son gente muy honesta y se interesan en la gente. Para rematar, tienen una riqueza natural sobrecogedora que, desafortunadamente, están depredando.
A Malasia volveremos seguro, a visitar la isla Tioman y porque es una plataforma muy fácil para visitar el resto del sudeste asiático.
Otro sitio al que nos gustaría volver es a Mongolia. Al contrario que en Malasia, en Mongolia se come bastante mal. Ellos mismos bromean que tienen tres tipos de alimentos: carne, lácteos y vodka. Pero compensan los paisajes de postal, la hospitalidad de los nómadas (es cortesía acoger y dar de comer a los viajeros) y la libertad de poder acampar en cualquier sitio. Una noche nos perdimos con el jeep y acampamos en medio de unas montañas. Nunca había oído un silencio tan absoluto, daban ganas de llorar.
Nota: Las fotos son una cortesía de los entrevistados.