- Excursión a Isla Saona. Canto de la Playa. Visita de Mano Juan. Piscina Natural. Tour Cañón del Río Chavón.
En Isla Saona (República Dominicana)
Excursión a Isla Saona y Río Chavón
En los anteriores viajes a la República Dominicana siempre me quedé con ganas de conocer Isla Saona, todos hablaban muy bien de esta excursión pero siempre la asocié con los excesos de alcohol, música estridente, fiesta y desenfreno que buscan los jóvenes, unos “desmadres” que no encajaban con la tranquilidad que queríamos nosotros. Casualmente dí en internet con la modalidad de excursión que buscábamos: “Tour a Isla Saona tranquila y familiar con río Chavón”, era lo que buscaba, además, la organizaba Capitán Gringo (Whatsapp +18097539469) una empresa de reconocido prestigio y fiable con Certificado de Excelencia de Tripadvisor.
Fue todo un acierto, venimos impresionados por los paisajes y el trato amable de los organizadores.
Tal como habíamos quedado por whatsapp, a las 6:30 h. vinieron a por nosotros en una furgoneta que luego pasó por varios hoteles recogiendo a otros clientes.
Un poco antes de Boyahibe, hicimos el trasbordo a otro autobús con mas gente y pagamos los 75 dólares del viaje (65 $ desde hoteles mas cercanos). Aunque hicimos la reserva por internet, no pagamos hasta la salida ¡confianza que se agradece!
Embarque en la playa de Boyahibe y haciendo la travesía
Al fondo Isla Saona (República Dominicana)
La Isla Saona tiene unos 110 kms. de extensión y forma parte del Parque Nacional de Cotubanamá antes llamado Parque Nacional del Este.
Cuenta con unas preciosas playas de aguas cristalinas color turquesa y arena blanca de coral procedente de los arrecifes carolinos próximos a la costa, que sirven de protección y crean piscinas naturales de menos de un metro de profundidad. Sus playas sirvieron de escenario para rodar la película “El lago Azul”.
Es una de las reservas ecológicas mas importantes del país, de su flora nos llaman la atención la gran cantidad de cocoteros y sus manglares, aunque los botánicos resaltan que existen cerca a medio millar de especies endémicas en la isla.
No menos importante es su fauna, hay varias especies de tortugas (carey, tinglar y verde) que anidan en la isla, manatíes, rayas manta, animales terrestres como la iguana rinoceronte y aves como la gaviota fragata que llega a medir un metro, la paloma coronita, el murciélago pescador y la casi extinguida cotorra verde.
La isla fue descubierta por Cristóbal Colón y luego fue refugio de piratas, por lo que sus habitantes te cuentan que existen muchos tesoros escondidos. Únicamente hay un pueblo Mano Juan, un asentamiento de familias que llevó el dictador Trujillo cuando usurpó la isla para talar la madera de caoba y dedicarla a la producción de cocos.
Hoy la mayoría del medio millar de habitantes son pescadores que viven del turismo en sencillas casas de madera con tejado de chapa o palma, sin agua corriente (muchos tienen sus propios pozos o cisternas para recoger el agua de las lluvias), la electricidad es producida por paneles solares. Un colmado sirve de banco donde puedes cambiar dólares y euros, farmacia, tienda de alimentos, ferretería... tienen una única escuela primaria, un dispensario médico y la escuela artesanal Juan Bosch.
No existen alojamiento para turistas, así que, si éstos no llevan tu propia tienda de campaña, muy pocos podrán recorrer la isla para ver sus tres lagunas (Secucho, Flamencos y Canto de la playa) y la cueva Cotubanamá, utilizada por los taínos para realizar sus rituales sagrados.
Hay un proyecto gubernamental que incluye la construcción de un muelle, un museo arqueológico para exponer las piezas taínas encontradas en las cuevas, un refugio para los huracanes, un campo de béisbol y un edificio con frigoríficos solares para conservar el pescado excedente de la venta diaria a los turistas.
Llegando a Canto de la Playa
Llegada a Canto de la Playa
Para estar mas solos, el guía nos dijo que había alterado el orden de la excursión, primeramente iríamos al Canto de la Playa en Isla Saona y finalmente al río Chavón.
Subimos en nuestra lancha y partimos a bastante velocidad hacia la isla, pero mucho menos que la otra lancha que iba de salto en salto sobre el mar.
Pasada la franja de mar llamada Canal de Catuano, nos encontramos con la costa de isla Saona llena de cocoteros y arena blanca, pero no paramos, la fuimos bordeando con el objetivo de llegar a Canto de la Playa, la mas alejada, antes de que llegase la masa de turistas. En el camino hicimos una parada para dejar a la cocinera que nos prepararía el almuerzo.
Llagados al destino, la lancha se acercó lo máximo, pero aún así, al no haber embarcadero debes mojarte para llegar hasta la arena, por lo que recomiendo llevar puesto ya el bañador. Igualmente no olvidarse de llevar sombrero y protector solar ya que la lancha está descubierta, en cambio, las toallas, en mi opinión, no son necesarias ya que la arena de coral apenas se pega al cuerpo.
En la playa, durante la media hora que estuvimos solos, sobre una mesa pusieron un bizcocho y bebidas donde no faltó la “vitamina R” o sea, el ron. Luego nos proporcionaron caretas y tubos para hacer snorkel, pero yo me anticipé llevando el mio propio, porque muchos debido al uso no ajustan bien.
Paseamos, nos hicimos fotos en ese paraíso de cocoteros, arenas de coral y mar turquesa, vamos, la típica postal caribeña.
Paseamos, nos hicimos fotos en ese paraíso de cocoteros, arenas de coral y mar turquesa, vamos, la típica postal caribeña.
Después, tomamos un refrescante coco que vende un nativo. Conversé con él un largo rato compartiendo mucha información de la isla que he volcado en el post, él vive en Mano Juan pero cada día utiliza una sendero y sirviéndose de una carretilla trae los cocos que vende a los turistas. Las plantaciones de cocoteros pertenecen a los descendientes de los hermanos Trujillo, los debe adquirir antes de revenderlos por 3 dólares a los turistas. Aquí hay vendedores ambulantes que ofrecen sus productos como caracolas, collares o aceite de coco.
Hasta las 12 h., que dejamos el lugar, hice snorkel en unos arrecifes próximos pero me defraudaron, los corales están muertos y los peces de colores son diminutos.
Llegando a Mano Juan
Comida en Mano Juan
El viaje en lancha hasta Mano Juan fue muy corto. Desembarcamos y fuimos al baño, muy precario, ya que como comenté no tienen agua corriente y debes echar el agua con un cubo.
Luego dimos una vuelta por el diminuto pueblo y visitamos el Santuario de las Tortugas, una pequeña cabaña con techo de paja, donde Negro, un nativo pescador, sin a penas estudios, realiza la extraordinaria labor de proteger el anidamiento de las tortugas carey, tinglar y verde que lo hacen de marzo a noviembre en la Isla Saona, el lugar mas importante del país. Este humilde pescador, no dispone de grandes medios, algunos donados de otros países como de España que le proporcionó 5 balizas de seguimiento, según nos dijo.
Nos mostró paneles, tortugas recién nacidas y huevos de tortuga clasificados en bandejas dentro de una encubadora. No cobra entrada, pero tiene una pequeña tiendecita de souvenirs relacionados con su temática donde puedes comprar y colaborar a modo de donación. Nosotros compramos algunas cositas y regalamos otra a Matías un niño chileno que venía con su padre de excursión de los que nos hicimos amigos.
Santuario de las Tortugas y baño después de la comida
Terminada la visita fuimos a comer en unas mesas junto a la playa donde nos habían preparado un sencillo buffet de chuletas de cerdo y pollo asado, arroz, pasta, patatas y ensalada. También podías comer langosta pagando un coste extra de 15 dólares. Las bebidas como cerveza, refrescos, agua o ron Brugal estaban incluidas en la excursión.Terminada la comida hubo tiempo para bañarse o hacer la siesta antes de partir para ver los manglares.
Piscina natural y llegada masiva de turistas
Manglares y Piscina Natural
A las 14:30 h. nos dirigimos a ver la zona de los Manglares. A nosotros no nos llamaron la atención ya que los hemos visto en muchos países, pero para los novatos les sorprende ver árboles que en vez de la tierra han fijado sus raíces en las aguas saladas del mar. Es utilizado como refugio de los grandes depredadores por pequeños peces y crustáceos, al igual que las aves que utilizan sus ramas para construir sus nidos. Vimos alguna gaviota fragata y pelícanos.
De aquí partimos rápidamente, antes que se abarrotara de gente, hacia la famosa Piscina Natural. Se trata de una meseta marina, a 400 metros de la costa, de menos de un metro de profundidad de agua cristalina. La gran afluencia de turistas y el trato que se le da a las estrellas, sacándolas durante un largo tiempo fuera del agua para hacerse fotos, hace que cada día haya menos, aún así pude ver tres pero nada parecido a la gran cantidad que observamos en la isla Kanawa (Indonesia) nadando con mi hija.
Manglares y haciendo esnórquel en Boyahibe
Después de una hora bebiendo y bañándonos partimos para la desembocadura del Río Chavón, haciendo una parada previa en un banco de peces frente a las costas de Bayahibe, tan solo algunos bajaron de la lancha para hacer esnórquel, según dijeron no valía la pena.
Navegando por el Río Chavón
En el camino, el cielo de un azul intenso empezó a llenarse de nubes blancas que terminaron por trasformarse en oscuros nubarrones que amenazaban tormenta.
El cambio de color de agua nos indicó que estábamos adentrándonos en el Cañón del Río Chavón, es precisamente en este punto, donde serpentea el río y crecen las palmeras entre una exuberante vegetación, donde se rodó parte de las películas de Apocalyse Now, Rambo, Anaconda y Jurassic Park.
La lancha se adentró en el río hasta llegar a una senda que conduce a Los Altos de Chavón con vistas al cañón, pero empezaba a llover y se suspendió la subida.
En el cruce del río con la Autopista del Coral desembarcamos y una furgoneta nos recogió, justo cuando la lluvia arreciaba, para devolvernos a nuestro hotel ya de noche.
Una excursión preciosa, aunque agotadora. El servicio del tour Capitán Gringo perfecto, muy amables y muy profesionales, tomo bien organizado, totalmente recomendable.
